Documento 2. LUISA MURARO
El orden simbólico de la madre
Madrid, horas y HORAS, 1994, p. 132.
Soy consciente de lo problemático que es designar como masculina una cultura a la cual también han contribuido, más o menos activamente, también las mujeres, comenzando por mi modesta aportación. La llamo masculina basándome en el criterio de la autoridad que prevalece en el acto, fundamental para toda cultura, de la mediación. Es masculina la cultura en la cual la autoridad se identifica con preferencia en el ser hombre. Se trata de un criterio simbólico (la autoridad es simbólica, o no es tal). La cultura en la que me expreso en este momento presente es femenina; también forman parte de ella algunos hombres, como Platón o mi padre o mi maestro de metafísica, pero es cultura femenina porque lo es la autoridad mediadora para mí.