Documento 1. LUCE IRIGARAY
"Le mystère oublié des généalogies féminines".
A Le temps de la différence. París, éditions de Minuit, 1989, pp. 120.121.
Yo, tú, nosotras.
Madrid, Cátedra, 1992, p. 23
En mayo de 1984 (…) fui a visitar la isla de Tocello. Hay en su museo una estatua femenina en la misma actitud que María, la madre de Jesús, sentada y con el niño sobre sus rodillas, ambos de frente al espectador. Admiraba yo la hermosa escultura de madera cuando me dí cuenta de que aquel Jesús ¡era una niña! El descubrimiento ejerció sobre mí un efecto perceptivo y mental tan fuerte como jubiloso. Sentí que me liberaba de la tensión producida por una verdad cultural impuesta también desde el arte: nos han obligado a creer en una mujer virgen-madre y su hijo como modelos de nuestra redención. Ante la estatua que representa a Mari y a su madre, Ana, me sentí serena y gozosamente instalada en mi cuerpo, en mis afectos, en mio historia de mujer. Tenía ante mí una figura ética y estética que necesito para vivir sin despreciar mi encarnación, la de mi madre y la del resto de las mujeres.