Documento 3. MARIE DE MEURDRAC

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La Chymie charitable et facile en faveur des dame. 1666, p 9

Cuando empecé este pequeño tratado, era sólo por mi propia satisfacción y con la intención de retener el conocimiento que había adquirido con un largo trabajo y con diferentes experimentos repetidos muchas veces. No puedo esconder que tras ver que he acabado mejor de lo que me habría atrevido a esperar, estoy tentada a publicarlo: pero si tengo razones para que vea la luz, también tengo razones para guardarlo escondido y evitar que sea expuesto a las críticas.

Por otra parte, me halaga a mí misma no ser la primera mujer que ha publicado alguna cosa; ya que la mente no tiene sexo y si las mentes de las mujeres fueran cultivadas como las de los hombres, y si se dedicara más tiempo y energía en instruirlas desde el comienzo, después serían iguales que las de los hombres.

Además, esta obra es útil, contiene una cantidad de remedios infalibles para cuidar las enfermedades, para la conservación de la salud, y diferentes secretos raros de mucho valor para las Damas; no sólo para conservarla, sino también para aumentar las ventajas que ellas han recibido de la Naturaleza; es curioso que enseña fielmente y familiarmente a practicarlos con facilidad; y que sería pecar contra la Caridad esconder los conocimientos que Dios me ha dado, que pueden ser provechosos para todo el mundo. Éste es el único motivo que me ha hecho decidir a dejar que este libro salga de mis manos…

La Chymie charitable et facile en faveur des dames, 1666, p 129

No quiero perder la memoria de los conocimientos adquiridos con un largo trabajo, y con diferentes investigaciones repetidas muchas veces... me objetaba a mí misma que no es profesión propia de una mujer la de enseñar; que se tiene que mantener en silencio, escuchar y aprender, sin testimoniar lo que sabe; que está por encima de ella dar una Obra al público, y que esta reputación no es normalmente ventajosa, ya que los hombres desprecian y reprueban siempre las producciones que salen del espíritu de una mujer.

Con respecto a las damas que se conformaran de saber simplemente, sin hacer las operaciones que ellas juzgaran necesarias, a causa del tiempo que hay que dedicar y los diferentes tipos de vasos y otros utensilios que se necesitan, o que temieran no saberlo hacer, yo me explicaré de viva voz cuando se me haga el honor de comunicármelo, y tomaré cuidado de hacer yo misma lo que se pueda desear de aquello que yo enseño