Como mujeres profesoras, podemos negar la importancia de este contexto en el cual las estudiantes piensan, escriben, leen, estudian y proyectan su futuro o tratan de trabajar con él. Podemos enseñar pasivamente aceptando estas condiciones o activamente ayudando a nuestras estudiantes a identificarlas y resistirlas.
Una cosa importante que podemos hacer es discutir el contexto (...) Podemos rehusarnos a aceptar el aprendizaje pasivo y obediente e insistir sobre un pensamiento crítico. Podemos volvernos más duras con nuestras estudiantes, dándoles la clase de "estímulo cultural" que reciben los hombres, pero en términos diferentes y en estilo distinto.
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